jueves, diciembre 07, 2006

"Electroacustical Music for Flute"

La flautista Prof. Sarah Louise Bassingthwaighte publicó en Internet su tesis doctoral (University of Washington School of Music, Seattle, USA - 2002), cuyo título es "Electroacustical Music for Flute".

Consta de una introducción y 11 capítulos en donde se desarrolla los orígenes históricos de la música electroacústica; Una guía de acercamiento a ella; Un análisis de obras de Mario davidovsky, Richard Karpen, Diane Thome entre muchos otros compositores, con un minusioso análisis de formas, texturas, ritmos, registros, dinámicas, notación, técnicas utilizadas, etc.

También hay un capítulo dedicado a la programación y ejecución de esta música; Una muy útil y completa lista de bibliografía, y varios appendices con listas de obras, discografía, que resultan de gran utilidad.

Normalmente este tipo de trabajos son de muy difícil acceso desde nuestro país. Algunas veces se puede comprar a través de los servicios de publicación de las diferentes Universidades, lo cual es muy costoso.
Por lo tanto, la posibilidad de acceder a ella desde la red en forma gratuita, lo hace mucho más interesante.

Sigan este link: http://www.subliminal.org/flute/dissertation/

miércoles, noviembre 29, 2006

flautas....flaautaas....flaautotass

No es habitual y menos en estas latitudes escuchar los sonidos de algunas de estas flautas....

martes, noviembre 07, 2006

Masterclass con la flautista Helen Bledsoe


El lunes 6 de Noviembre de 2006 se realizó una masterclass en la sede del IUNA de la Av. Córdoba 2445 en la ciudad de Buenos Aires que tuvo como profesora a la flautista alemana Helen Bledsoe.
Fue muy buena la convocatoria realizada por los coordinadores del evento, los flautistas Martín Auza (www.flautistico.com) y Pablo Levín (IUNA); entre los asistentes se encontraban flautistas de mucha trayectoria y una considerable presencia de alumnos, como así también de compositores.
Lo destacable de esta masterclass fue que Helen Bledsoe comenzó con la producción de los sonidos como
simples ejercicios para la emisión de los armónicos y la voz, trabajando con variados alumnos, algunos de los cuales era la primera vez que hacían esa búsqueda sonora.
De ahí se pasó a los multifónicos, y gracias a la claridad de sus explicaciones, algunos alumnos asombrados se pudieron escuchar realizando sus primeros multifónicos. También desarrolló otras formas de producir sonidos como: tongue ram, jet, etc.
Hubo además un interesante trabajo sobre la afinación con los alumnos, luego habló sobre el microtonalismo y mostró las posibilidades del mecanismo de su flauta para realizar una escala completa de cuartos de tono. Culminó su clase con un trabajo muy interesante sobre polirritmia.
Helen expresó además que todas estas habilidades sonoras son para tener más elementos a la hora de interpretar las ideas que el compositor vuelca en la partitura, y no para que se queden solamente en un listado de sonidos divertidos. En mi opinión, fue una masterclass muy didáctica dirigida a los interesados en las nuevas músicas, fue apta para todos, y ésto es lo que rescato de esta excelente flautista y docente Helen Bledsoe.
Pueden encontrar más información y artículos de interés para flautistas y compositores en su sitio web: www.helenbledsoe.com.
El Ensamble MusicFabrick que integra Helen Bledsoe está realizando una gira por Latinoamérica en la cual ofrecerá conciertos en Argentina el 7 y 8 de Noviembre a las 21 hs en el Teatro Pte.Alvear. Av. Corrientes 1659, Cdad. Bs. As.
El 15 del mismo mes el concierto se ofrecerá en La Ciudad de Las Artes, Córdoba.

miércoles, septiembre 27, 2006

Tecumseh

De Eva Irene Lopszyc

Obra escrita en un lenguaje contemporáneo, transitando por variados recursos tímbricos. Notablemente sonoro y emocionalmente temático , resultan el momento de clarinete bajo produciendo una melodía con sonidos armónicos sobre una nota grave tenida, así como también la flauta desarrolla una melodía de notas muy lentas con armónicos en una extensa coda que termina en un soplo que se va extinguiendo para terminar en la nada, también como recurso de expresión temática. El registro sonoro de ambos instrumentos es recorrido en amplitud.

Sonidos aleatorios y otros claramente pautados, con secciones de escalas diatónicas y cromáticas, trémolos de diversos intervalos, sonidos percutidos, etc. son algunos de los recursos utilizados por Eva Lopszyc para realizar una perfecta narración de la vida de Tecumseh, están presente en los temas melódicos sus padres (Pucksiwah, su padre y Metroataste, su madre), su nacimiento , sus juegos de rondas (descriptos como escalas diatónicas y cromáticas), los tambores de los niños (golpes de llave y sonidos percutidos), el canto a la vida de los pájaros a la mañana, el contraste de los cantos de la guerra y la calma de la paz, la narración de la batalla de Thames, sus flechas, sus tambores, el humo, el murmullo de la guerra y la herida de muerte de Tecumseh y sus últimos pensamientos descriptos en la coda final.

Compuesta entre el 14 de Abril de 2001 (Día de las Américas) y la madrugada del 3 de Junio de 2001, dedicadas a Saúl Martín y Martín Moore y estrenada el 29 de Junio del mismo año.

Eva Lopszyc transcribió en su partitura:


Vive tu vida de modo que el temor a la muerte, no pueda entrar nunca en tu corazón.

No cuestiones a nadie por su religión.

Respeta a los otros en su punto de vista, y exige que ellos respeten los tuyos.

Ama a tu vida, perfecciona tu vida, embellece todas las cosas de tu vida.

Busca el hacer de tu vida larga y de servicio para tu gente.

Prepara una sola canción de muerte para el día en que vayas a la gran división.

Siempre da una palabra o signo de saludo cuando encuentres o pases junto a un amigo, o a un extraño, si te hallas en un lugar solitario.

Muestra respeto a todos, pero no te doblegues ante nadie.

Cuando te levantes en la mañana, da las gracias por la luz, por tu vida, por tu fuerza.

Agradece tu comida y la alegría de vivir…si no ves la razón para dar las gracias…la Falla está en ti mismo.

Tecumseh

Jefe y Guerrero Shawnee

1768-1813

Tecumseh: Pantera negra que atraviesa el cielo.

Se va a presentar en la Scala de San Telmo Pje. Giuffra 371 (altura Paseo Colón al 800) el próximo 5 de Octubre a las 20 horas en el marco del ciclo de conciertos 2006 de la Asociación Argentina de Compositores.

jueves, septiembre 21, 2006

LA MÚSICA DEL SIGLO XX - La irrupción de la electrónica

En 1924 el compositor italiano Ottorino Respighi estrena una de sus obras más famosas, Los pinos de Roma. En el final del tercer número de esa obra, Los pinos del Janículo, pide la grabación del canto de un ruiseñor, que se superpone a los sonidos producidos por la orquesta sinfónica tradicional. Respighi, excelente orquestador, sabía que el canto del pájaro podía ser imitado por distintos instrumentos; sin embargo, solicita la reproducción de uno real; es más, específica qué grabación utilizar. Avanzamos unas décadas, y llegamos a 1972, año en que se estrena Canctus arcticus (Concierto para pájaros y orquesta), del finlandés Einojuhani Rautavaara. En esa obra, en tres movimientos, los solistas son muchos pájaros, que llegan a la sala de concierto a través de la reproducción de una grabación realizada por el propio autor del canto de aves del ártico.
Entre una fecha y la otra, fueron muchos y muy importantes los trabajos musicales que se realizaron utilizando sonidos grabados.
En realidad, la historia comienza antes. Un buen inicio son las piezas de 1921 de Antonio Russolo Corale y Serenata, en las que el autor combina sonidos provenientes de instrumentos tradicionales con los del intonarumori. El intonarumori era un conjunto de instrumentos inventado por su hermano Luigi junto a Ugo Piatti. Era grande (para ser más precisos, extremadamente grande), y emitía, como su nombre lo indica: ruidos. Estaba compuesto por el crepitatore, ululatore, gorgogliatore, y otros más, que producían distintos ruidos. Estos, que ahora al escucharlos no nos llaman la atención, asombró durante su presentación al público en 1913; aunque, seguramente influyó en su reacción, el tener delante la gran máquina que los producía.
Las breves obras de Antonio permiten apreciar una muy buena combinación entre ruidos y música tradicional, los ruidos no parecen “interferir” en el discurso de los instrumentos, sino que se integran. Y es porque Antonio era músico. Pero más famoso es su hermano Luigi, principalmente, por estar dentro de los primeros en dar importancia a los ruidos como material sonoro apreciable. Fue precedido por otros, pero él escribió el texto que podríamos llamar “Dignifiquemos a los ruidos”, aunque ha pasado a la historia con un título más serio: “El arte de los ruidos”.
En ese texto, dado a conocer en 1913, afirma que antiguamente reinaba el silencio, pero que en el siglo XIX, con la invención de las máquinas, nació el ruido. Que los ruidos no son todos necesariamente fuertes y desagradables, que los hay también que provocan sensaciones acústicas placenteras; que la música tradicional está limitada a un número determinado de timbres, e invita a jóvenes músicos –a los “geniales y audaces”, dice–, a observar los distintos ruidos y analizarlos, asegurándoles que se apasionarán por ellos. Clasifica los ruidos en seis “familias”, y finaliza: “He podido intuir la gran renovación de la música mediante el arte de los ruidos”. Pero Russolo no tenía formación musical, era pintor; por eso su Risveglio de una città (Despertar de una ciudad), no es más que una sucesión de ruidos, y pareciera tener como único fin, el escuchar atentamente algunos de los ruidos que nos rodean. Son ruidos a los cuales no solemos prestarles mayor atención en nuestras vidas, por estar muy acostumbrados a ellos.
De Russolo pasamos a quien comenzó a darle cierta organización musical a los ruidos: el francés Pierre Schaeffer. En 1948 completó una serie de cinco obras que denominó Estudios. El primero de ellos es el Estudio para locomotoras, resultado del procesamiento de sonidos diversos tomados en la estación de trenes de París. Este estudio comienza y termina con sonidos similares, que aparecen también durante la pieza, y ayudan a darle unidad. Los otros estudios también tienen sonidos que se repiten (el segundo tiene un atractivo motivo que aparece varias veces y que es muy pegadizo). En dos, Schaeffer trabaja con sonidos provenientes del piano, pero muy transformados. El último, el Estudio de las cacerolas, también termina con los mismos sonidos del comienzo, que vuelven a aparecer en medio de la pieza, y tiene como atractivo, además del de utilizar objetos corrientes, el incluir la voz humana.
Esta música es denominada concreta, pues a diferencia de la que solemos escuchar, trabaja directamente con los sonidos, en lugar de trabajar con símbolos (las notas) que representan sonidos.
Pero Schaeffer tampoco tenía formación musical, de allí la importancia de las obras que creó junto a Pierre Henry, que sí la tenía. De esos comienzos, es importante la Sinfonía para un hombre solo, en el cual conviven voces humanas, ruidos y sonidos de instrumentos de una manera claramente organizada. La brevedad y variedad de sus números hace que sea una obra muy accesible, siempre que estemos dispuestos a escuchar algo nuevo, y sin esperar que en los números llamados valse, scherzo o partita, por ejemplo, encontremos música parecida a la que recibe estos nombres en las composiciones tradicionales. Podemos llegar a pensar que semejante música es fría y que nada nos produce. Sin embargo, esta utilización de sonidos corrientes difícilmente nos deja indiferentes. Es más, hasta puede conmovernos (sí, leyó bien).
En dos números de Eco de Orfeo, escuchamos voces, no siempre procesadas, que sólo pronuncian el nombre de la mujer amada que ya no está. Esa reiteración del nombre Eurídice es realmente muy impactante, si conocemos el mito griego. Orfeo la llama a través de varias voces, esa repetición acentúa tanto su anhelo como su desesperación.
Atraídos por el timbre, por el sonido, utilizaron como un instrumento más al clave, que tras haber sido dejado de lado por el perfeccionamiento del piano, resurgió en el siglo XX.
Henry luego siguió su camino solo. Su capacidad de músico se pone de manifiesto al momento de crear una obra con muy pocos elementos. Sus Variaciones para una puerta y un suspiro, de 1963, son un buen ejemplo. La obra, de una duración de cuarenta y ocho minutos, está elaborada transformando los sonidos que su título indica. Los sonidos originados por una puerta que rechina, y la aspiración y espiración, son objeto de veinticinco variaciones, todas absolutamente distintas. Tal es su encanto, que fue objeto de coreografías creadas por personalidades tan importantes como Maurice Béjart y George Balanchine. Esta no fue la única composición de Henry, que entusiasmó e inspiró a Béjart.
No menos admirable es Dripsody, del canadiense Hugh Le Caine, creada en 1955 en base a la transformación del sonido producido por, únicamente, una gota de agua. Como en el caso de Henry, los sonidos no están dispuestos arbitrariamente, sino cuidadosamente organizados. De poco menos de un minuto y medio de duración, la pieza tiene una asombrosa riqueza tímbrica.
La invención de instrumentos electrónicos, la introducción de la voz humana en este tipo de obras, y el avance tecnológico, serán medios fundamentales para los compositores que deseen expresarse a través de nuevos sonidos. Muchos sabrán cómo utilizarlos.
Claudio E. Mamud

JAZZ RAPSODIA

La JAZZ RAPSODIA de Héctor Yomha fue compuesta entre octubre y noviembre de 2004 retomando el género que fusiona el Jazz con la música académica. Tiene un fuerte contenido jazzístico (con aproximación a la armonía de la segunda mitad del siglo XX) el que se completa y complementa con secciones de neto carácter cantabile en los que siempre se mantiene la atmósfera armónica mencionada.

La orquestación incluye un quinteto de jazz: piano (como instrumento lider), flauta, saxo tenor, bajo eléctrico, batería y orquesta de cuerdas completa.

El estreno está previsto para el 26 de Septiembre de 2006 en el Salón San Martín de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la calle Perú 160 a las 20 hs. y estará a cargo de la Orquesta Sinfónica Juvenil de San Martín y el quinteto de jazz integrado por Héctor Yomha (piano), Saúl Martín (flauta), Hernán Bruno (saxo tenor), Alejandro Correa (bajo eléctrico) y Daniel Miguez (batería)

viernes, septiembre 01, 2006

Nacar - para flauta procesada en tiempo real

Nacar es una obra compuesta para flauta traversa (C) amplificada y procesada en tiempo real con especialización cuadrafónica. Esto es, cuando el intérprete ejecuta la pieza, la flauta es amplificada y paralelamente procesada digitalmente (DSP) logrando que el sonido ingresado al sistema sea transformado simultáneamente con dicha interpretación.
En el trabajo se realizan procesamientos en tiempo real mediante un software programado por el compositor específicamente concebido para esta pieza con el lenguaje Super Collider. Este dispositivo posibilita diferentes aspectos fundamentales planteados en el transcurso de la obra:

• Enfatizar y expandir los aspectos tímbricos del instrumento
• Desarrollar el recurso espacial al difundir cuadrafónicamente los sonidos
• Plantear diferentes criterios de interacción entre el instrumentista y su propio material transformado, quien actúa retroalimentando en forma creciente la propia interpretación de la pieza.

La austeridad timbrica de la flauta, sometida a procesamientos que enfatizan aspectos timbricos-espaciales en tiempo real, permite enfocar el planteo del trabajo dentro del universo de los instrumentos ampliados o meta-instrumentos, con el objetivo de otorgarle al interprete la posibilidad de concebir su instrumento -con las técnicas de ejecución que este ofrece- un plus tecnológico que extienda dichos recursos de ejecución posibilitando explorar nuevos territorios, tanto de orden expresivo como discursivo a lo largo de la pieza.
La parte escrita para flauta parte de procedimientos compositivos basados en los Pitch Class Set.
La duración es de aproximadamente 8 minutos y fue compuesta conjuntamente en el LIPM (Laboratorio de Investigación y Producción Musical) y en el estudio privado del compositor durante el año 2003-2004.
La obra se estrenó a fines de dicho año, con la interpretación de Ramiro Limongi en flauta, en el auditorio El Aleph del CCCBA – Recoleta, en el marco de la presentación de obras procesadas mediante GRM-Tools a cargo de músicos provenientes del mismo GRM - Paris.
La ultima presentación se realizó el 22 de agosto en el Festival 2006 de Sonoimágenes, organizado por la (UNLA) Universidad Nacional de Lanus con la interpretación de Saúl Martín en flauta.

Fabián Esteban Luna
Compositor
www.millansoft.com/feluna

martes, agosto 01, 2006

LA MÚSICA DEL SIGLO XX - Una aproximación

Ilusionado, y muy confiado en sí mismo, en 1918 Prokofiev viajó a Estados Unidos a presentar su música. Permaneció dos años, y el resultado no fue el esperado. El compositor contó luego qué sintió en ese momento: “ Vagaba por el enorme Central Park, en el centro de Nueva York. Miraba los rascacielos que me rodeaban, y pensaba con furia en las magníficas orquestas norteamericanas que se mostraban indiferentes a mi música; en los críticos que repetían cien veces: ‘Beethoven es un gran compositor’, mientras toscamente rechazaban todo lo nuevo; y en los gerentes, que organizaban largas giras para artistas que tocaban los mismos programas trillados y los repetían cincuenta veces”.

A comienzos del siglo XXI, ¿podemos afirmar que la situación ha cambiado?

Esta será la primera de una serie de notas que tiene como verdadero fin el seguir los cambios que se produjeron en el siglo que se acaba de ir y, en lo posible, constituya un aporte al melómano para que valore esos cambios. Que los importantes cambios no sean considerados un obstáculo para que esa música no agrade, sino por el contrario, sean una motivación para que resulte atractiva. Para esto, es necesario contar con la buena predisposición del melómano que sin prejuicios, repetimos: sin prejuicios, debe acercarse a escuchar con atención una obra, sin interesarse por el lenguaje que el compositor empleó para escribirla. Si es tonal, atonal libre, dodecafónica, aleatoria, etc., poco interesa. Esas son herramientas que tiene un creador para expresar lo que desea; así como un pintor elige sobre qué soporte pintar, con qué materiales, qué pintará, con qué colores, que tipo de pincelada, etc. Lo que prima es la expresión de una idea.

Un compositor del siglo XX busca lo mismo que uno del siglo XIX y también del XIV: conmover. Es esa la meta del artista. Pero, y esta es una de las diferencias, la cantidad de medios de los que dispone un creador musical de nuestros tiempos es superior al que contaban sus colegas en siglos anteriores. Aunque, de esto no hay dudas, lo importante no es la cantidad de medios sino qué se hace con ellos. El compositor talentoso puede escribir obras maestras en base a breves motivos. La Historia de la Música, y también de las demás artes, está recorrida por obras maestras elaboradas en base a pocos elementos. En creación, mucho no es sinónimo de mejor.

Veamos qué sucede en la música.

Imaginemos esta situación: un melómano entra a una disquería, quiere comprar un disco de un compositor que no conoce y adquiere uno de un barroco. Cuándo llegue a su casa y lo escuche, ¿le deparará alguna sorpresa? Seguramente lo que le deparará será el placer de escuchar sonoridades, instrumentos y melodías que para nada le resultan ajenas por estar acostumbrado a escuchar otras obras del período (debemos suponer que nuestro melómano es un apasionado y ya ha escuchado bastante música). Pasará algo similar si adquiere grabaciones de otros períodos, será música nueva, pero difícilmente distinta a otra de la misma época.

Imaginemos ahora a nuestro mismo melómano en la disquería yendo a la sección de siglo XX (nuestro melómano va sólo a disquerías grandes). Igual procedimiento. Elige un disco de un compositor desconocido, va a su casa y lo escucha: ¿le deparará alguna sorpresa? Es probable. Puede encontrarse con una obra que esté escrita con un lenguaje romántico, como si fuera del siglo pasado, o una hecha sólo con ruidos provenientes de puertas, suspiros, cacerolas, etc., procesados y organizados.

Entre estos extremos puede encontrar: obras realizadas con escasos elementos, pero esta vez no desarrollados sino repetidos con pocas variaciones; obras que combinan sonidos (voces, ruidos varios, etc.) grabados (y luego distorsionados o no) con los ya conocidos de los instrumentos musicales; obras que prescinden completamente de los instrumentos musicales y fueron creadas en una computadora; obras compuestas para combinaciones instrumentales impensadas por creadores anteriores (aunque esos instrumentos existieran desde tiempos inmemoriales); obras que incluyen instrumentos electrónicos; u otros que no aparecen habitualmente en composiciones clásicas, como el acordeón, por ejemplo. También puede escuchar en algún momento de la composición un ruido familiar pero ajeno al ámbito musical (una sirena de bomberos, una máquina de escribir); o que la obra tenga una música que le suene “no clásica” (jazz, tango, malambo, etc.); o que, por el contrario, suene a música antigua, pues el compositor se inspiró u orquestó obras de siglos pasados; en fin, y aquí, creo, vamos llegando a lo más difícil: que las melodías de la obra no sean fáciles de apreciar y retener, o que carezca de ellas.

Muchos compositores no se sintieron atraídos por los nuevos lenguajes o los nuevos medios. El cambio introducido por Schoenberg es muy importante, significa romper con siglos de tradición musical. Quienes no estuvieron de acuerdo prefirieron ignorarlo y seguir utilizando el lenguaje de siglos pasados, que creyeron el adecuado para expresar lo que ellos necesitaban. Por el contrario, otros recibieron con beneplácito esta nueva manera de componer y la emplearon. Lo que importa es cómo lo hicieron.

La utilización de melodías o ritmos provenientes de otros ámbitos musicales no es nueva del siglo XX. Varios compositores conocidos han creado abrevando en canciones con o sin autor y danzas, ya sea rescatando su espíritu, o citándolas más o menos literalmente en obras propias. Todos los ejemplos hablan del respeto y amor del compositor por esas músicas; y de la compatibilidad de su música con aquellas, destinadas originalmente a otros públicos. ¿Cuántas obras clásicas incluyen valses?, por ejemplo. La intención de los compositores contemporáneos no difiere de la de sus predecesores. Es más, implica una valoración de esas músicas. Incluso han beneficiado a compositores ignotos, que ellos han dado a conocer a través de orquestaciones de piezas escritas originalmente para otros instrumentos.

La utilización de grabaciones, instrumentos electrónicos, u otros objetos; como la de componer obras para conjuntos poco usuales (hay varias escritas sólo para percusión, por ejemplo), obedecen al tema clave de mucha de la música que nos ocupa: la importancia del timbre. La atracción y la sensualidad que puede tener sólo una nota tocada por un instrumento en particular; un sonido o un ruido. Sin más, el sonido por sí mismo. De allí la incorporación de instrumentos atípicos. Ningún instrumento de la orquesta produce el sonido del acordeón; si el compositor quiere ese sonido, ¿qué mejor que pedir un acordeón?

También por eso la inclusión de objetos no musicales. Aquellos que hayan podido escuchar obras con sirenas, o la famosa inclusión de la máquina de escribir en el ballet Parade de Satie, difícilmente puedan considerar esos sonidos como ruido; el contexto en que suenan convierten a las sirenas y a la máquina de escribir en instrumentos musicales. En otros contextos, quizá sí puedan sonar como ruidos; pero igualmente nos sonará desagradable un violín si el contexto es inadecuado.

Es también la valoración del timbre la que motivó que instrumentos que hace mucho dejaron de utilizarse, como el clave o el oboe d’amore, por nombrar sólo a dos, fueran utilizados por algunos compositores. Ningún otro instrumento suena como ellos. Además, la obtención de un determinado sonido motivó a muchos compositores a extraer nuevas sonoridades a instrumentos ya existentes.

El timbre, además de resultar atractivo, crea atmósferas.

La creación de climas también se logra con esa repetición con escasas variantes de motivos musicales. Esa repetición no tiene que ver con carencia de talento del compositor para dejar de lado ese motivo y presentar otro, sino con eso: crear un clima en el oyente, un determinado estado provocado por la repetición. No se podría alcanzar el mismo objetivo si el autor nos presentara continuamente melodías nuevas, variedad de matices o apreciables cambios de instrumentación.

Por esa importancia del timbre, varios compositores han dejado de lado la melodía. La melodía es una parte de la música. Es aquello que suele atraparnos de inmediato de una obra musical, cualquiera fuese su género. Las escuchamos, tratamos de seguir sus cambios y, en lo posible, retenerlas para luego seguir disfrutando de ellas cuando queramos. La mayor parte de la música está dominada por la melodía; pero lo cierto es que una música no se compone solo de melodías. También hay ritmo y armonía; a los cuales debemos sumarle el mencionado atractivo del timbre. No necesariamente una obra debe tener melodía para conmovernos, y la seducción y atracción del oyente puede estar en encontrar el interés por estos otros aspectos.

Los compositores que han dejado de lado la melodía no son compositores que carecen de talento para escribirlas (aunque no todos tiene la misma facilidad para crearlas), sino autores que orientan su búsqueda por otros caminos. Necesitan otros medios para expresarse.

Esos medios de un creador del siglo XX son distintos a los de siglos pasados pues, obviamente, el mundo ha cambiado. Quizá un compositor actual desee expresar lo mismo que su antepasado, pero necesita hacerlo de una manera distinta. Exponer un determinado sentimiento con medios que recuerdan a tal o cual compositor de otra época, tiene poco interés. Lo atractivo es lo nuevo. Como amantes de la música, debemos animarnos a “sentir algo distinto”; a ir a un espectáculo o escuchar una grabación, sin saber previamente qué nos causará. Cuando escuchamos una ópera que conocemos o cualquier otra obra musical que nos resulta familiar, lo hacemos sin incertidumbre (salvo: cómo estará representada, cómo serán los intérpretes, cómo sonará la orquesta, etc), sabemos qué sentiremos, no corremos riesgos. La música contemporánea –y hacemos la salvedad que a veces se la llama así a música que dista de serlo, pues fue creada hace ochenta años–, nos propone un abanico de sonidos y propuestas nuevas. De nosotros depende animarnos y acercarnos a ella. Debemos tener en cuenta que algunas obras, a diferencia de las tradicionales, nos develarán su atractivo luego de más de una audición. Así podremos bucear en un mundo fascinante que nos propone sonidos nuevos y, por ende, sensaciones nuevas.

Lic. Claudio E. Mamud

www.paginasmusicales.com


lunes, julio 24, 2006

Obras de Medios Mixtos, nuevo conjunto de cámara

Conjuntos de música de cámara hay de los mas diversos; algunos tienen una formación “estándar” como por ejemplo: quinteto de vientos, cuarteto o quintetos de cuerda, cuarteto de saxofones, cuartetos de flautas, cuartetos de chelos, entre otros y las combinaciones que pueda uno imaginarse, tríos de violín chelo y piano, flauta canto y piano, dúos como flauta y piano o guitarra o arpa, clarinete y piano…y siguiendo tendríamos una lista interminable.

Pero hace alrededor de unos 50 años se gestaba un nuevo conjunto de cámara, porque en esos tiempos nacía una nueva forma de hacer música, con ella un nuevo conjunto con nombre propio; estas son las obras de “medios mixtos”.

Primero veamos cual es la nueva forma de componer o hacer música, me estoy refiriendo a la música electroacústica.

En las primeras incursiones…a principios de siglo pasado… había necesidad de explorar nuevos sonidos y timbres.

Varese y el grupo Futurista integraban al ruido como elemento expresivo en la música y Edgar Varese en esa búsqueda de nuevos sonidos llevó a los instrumentos de percusión a un primer nivel dentro de la orquesta y le daba un carácter solista; Ionisation, 1931 (*).

Varese y Cage también hicieron música manipulando discos grabados, ya para entonces el disco fonográfico existía, pero tuvo poco resultado creativo.

Se creaba, entre otros el “Theremin” (1920) instrumento que variaba los sonidos moviendo las manos entre dos antenas, otro instrumento de sonoridad similar fue“ondas de martenot” creado en 1928. (**), este con un poco mas éxito, incluso se llegaron hacer bandas de película como Lawrence de Arabia (1962) entre otras que utilizaron este medio.

En 1948 Pierre Schaeffer empezó a componer grabando sonidos que llamó “musica concreta” y Karlheinz Stkockhausen se alineaba a la estética y creación de música electrónica pura del estudio de Colonia alrededor de los años cincuenta.

Toma este nombre “música electroacústica” a partir del 1959 definiendo así a la música realizada con cualquier tipo de equipo electrónico como por ejemplo sintetizador, computadora, etc y por consiguiente muy ligado con los cambios tecnológicos. Estos equipos electrónicos de producción y elaboración del sonido, incorporan nuevos timbres a la paleta orquestal y pueden controlar de una manera distinta y elaborada los parámetros del sonido: altura, duración, timbre e intensidad para variarlos con más precisión.

En esa época toda la música electroacústica que se realizaba se grababa en cinta para ser reproducida en publico, esto se debía a los medios técnicos y a toda la elaboración que se requería; no había músico interpretando una partitura, solo la cinta magnetofónica donde estaba la obra grabada previamente y una manera de recuperar el intérprete al escenario fue utilizar uno o mas instrumentos que interactuaran con la cinta dando lugar a un nuevo conjunto, el de “medios mixtos”

El primer compositor en realizar obras para ser ejecutadas con un interprete en vivo y cinta fue Edgar Varese con “Deserts” (1954)(***), una obra mixta que incluía dos grabaciones magnéticas de sonidos electrónicos, trasmitidos en dos canales y conjunto instrumental. Otras obras mixtas de esta primera época que podemos enunciar son: “Kontakte” de Stockhausen con sonidos electrónicos e instrumentos en vivo, “Musica su due dimensioni” de Bruno Maderna para flauta y cinta magnetofónica.

Los instrumentistas de orquesta al compartir con ese nuevo universo de sonidos con el cual tiene que interactuar, ha tenido que ir ampliando su propia paleta tímbrica y explorar los instrumentos tradicionales para generar nuevos sonidos y poder ensamblarse con la música electroacústica como un todo.

Aunque la búsqueda de nuevos timbres y sonidos empezó con el nacimiento de la música misma con la aparición de la música electroacústica se abrió un universo nuevo y por ello la búsqueda timbrica en los instrumentos se llevó mas allá del sonido imaginado. Por poner algún ejemplo se empezaron a usar en las partituras nuevas grafías para la escritura musical, indicando: cluster, diferente tipo de glissandi, golpe de llaves y cantar simultáneamente con la producción de sonido en los instrumentos de viento, el uso del arco al revés, es decir con la cerda hacia arriba en los instrumentos de cuerda frotada, preparar los pianos con elementos diversos en las cuerdas para que conseguir sonidos nuevos, pulsar las cuerdas de los pianos, y sigue la lista…

Imaginemos ahora este instrumentista que se ha preparado durante mucho tiempo para ejecutar la música tonal con variada elaboración, e incluso la música atonal o politonal y que se encuentra de pronto con una obra que tiene que tocar con una cinta o con una computadora con la cual tiene que ensamblarse y mezclarse para trasmitirle una sola idea musical a la audiencia. Vemos entonces la necesidad de conocer ese nuevo instrumento tan ligado a la tecnología, esas nuevas formas de producir sonidos que nos lleva a una elaboración expresiva muy distintas de los parámetros y como tenemos que relacionarlo con instrumentos de la orquesta y otros instrumentos tradicionales.

Yo diría que hacer un ensayo es lo mismo que con cualquier instrumento tradicional, aunque nuevos y en pleno desarrollo, teniendo en cuenta que son muy diferente entre si (computadora, cintas creadas de maneras infinitas, procesos en tiempo real, etc) de cualquier manera hay que afinar, modular los matices, ajustar los tempos, dialogar, jugar con sus tensiones y reposos adaptandose a nuevas propuestas estéticas y musicales.

Tenemos al respecto poca historia teórica, práctica y de constante innovación e investigación, lo hace mas atractivo y excitante aun. Debemos analizar cada obra que se nos presenta con un espíritu abierto sin prejuicios ni preconceptos para ir descubriendo un universo muy joven con infinitas posibilidades.

En el camino vamos a cruzarnos con obras que seguramente van a ser geniales y otras no tanto, pero vale la pena ir transitando un camino de búsqueda y descubrimientos.

Por otro lado los compositores van aprendiendo y creciendo con estos nuevos instrumentos y posibilidades de producir y componer música, con los nuevos planteos que generan los tiempos diferido y real para su realización.

La partitura de una obra de medios mixtos para ser interpretada por los instrumentistas y que suene como lo ha pensado el compositor (por ejemplo una obra para flauta y sonidos electrónicos) va a tener dos elementos: partitura impresa para la flauta, con sus indicaciones propias del instrumento e instrucciones para la interpretación y los sonidos electrónicos ya creados por el compositor en un soporte para su reproducción (usualmente en estos tiempos es el disco compacto). Con estos dos elementos ya estamos en condiciones de analizar, estudiar y ensayar la obra.

Cuando la obra requiere procesamiento en vivo estará indicado el soporte tecnológico correspondiente y las instrucciones, los programas a usar y sobre que plataforma se irán a generar estos sonidos electrónicos en tiempo real.

Nuestro nuevo conjunto de cámara, la realización de obras de medios mixtos es un aporte mas que el siglo XX dio a la música con los avances tecnológicos y está en plena elaboración.

(*)Ionisation (1931) El ensamble consiste en 13 músicos ejecutando 37 instrumentos de percusión: incluída 2 sirenas (1 grave y otra mas aguda), celesta y piano.

(**)Las “ondas de Martenot” es un instrumento electrónico inventado por el compositor, ingeniero y violonchelista francés Maurice Martenoten 1928.

El instrumento esta formado por un teclado, un altavoz y un generador de baja frecuencia, no producen notas simultáneas; cuando se presiona una tecla sólo puede producirse un único sonido.

(***)Deserts (1954) Obra de medios mixtos: sonidos electrónicos y conjunto instrumental: 2 flautas, 2 clarinetes, 2 cornos, 3 trompetas, 3 trombones, una tuba baja, piano, percusión, 2 cintas magnéticas con sonidos electrónicos en dos canales.


Prof. Saúl Martín

www.saulmartin.com.ar

Nota del autor: Este artículo fue publicado en la Revista "Paginas Musicales" Número 45 de Mayo-Junio de 2006. Su director es Claudio E. Mamud y su site: www.paginasmusicales.com.ar