viernes, diciembre 14, 2007

Brevisimos apuntes

para una hipotética discusión estética acerca de la Musica Clasica Argentina...

...lo cual equivale a referirse enteramente al siglo XX. En efecto, a pesar de que la música existía en nuestro territorio como parte del acervo cultural de sus originales habitantes, y desde la llegada misma de los españoles había comenzado un rico proceso de mestizaje sonoro que se intensificó durante el período de las misiones jesuíticas, la colonia y los años de la emancipación nacional, recién con la generación del ´80 aparecen las primeras manifestaciones profesionales del arte de la composición. Y aquí conviene señalar que cuando hablamos de “música clásica” no nos referimos a un período histórico sino más bien a un género: la música de cámara y sinfónica, escrita para los instrumentos tradicionales que a través de una larga evolución llegaron a conformar –hacia mediados del siglo XVIII- la orquesta clásica europea, cuya práctica se fue extendiendo paulatinamente por todo el mundo hasta llegar a representar uno de los paradigmas de la cultura.

Nuestros primeros compositores profesionales –Aguirre, Williams, los hermanos Beruti, Felipe Boero y algunos otros- construyeron su obra sobre los cimientos de ritmos y melodías populares que, con más imaginación que certeza, consideraron “nativos”, propios de la llanura, la sierra o las quebradas norteñas de un territorio extenso y en gran parte deshabitado, aunque sucesivas oleadas inmigratorias iban acrecentando sus poblaciones urbanas. Es probable que una cierta filosofía que emanaba de las clases dirigentes inspirara a los intelectuales en su búsqueda de arquetipos de identificación nacional, que pudieran absorber la diversidad de razas y costumbres en un imaginario común. Es así que surgen personajes literarios como Juan Moreira, Martín Fierro y Don Segundo Sombra, descendientes –a través de la sangre ibérica- de lejanas épicas homéricas y a la vez representantes de un ideario socio-económico: el país agropecuario, exportador de carnes y cereales, que llegó a ser “granero del mundo” en la primera mitad del siglo. De manera que este “nacionalismo musical” fue bien distinto al que en Europa fuera la culminación de un siglo de diversificación romántica; también lo fue de la investigación asaz científica de compositores como Bartok y Kodaly, enfocada hacia el folklore de grupos étnicos bien consolidados y culturas centenarias, y motivada por la necesidad de ruptura de los moldes anquilosados de la armonía y el ritmo decimonónicos.



A este primer nacionalismo “ingenuo”–saturado de influencias francesas, españolas, germanas e italianas, como no podía ser de otra manera- siguió una segunda camada de compositores que fueron refinando sus materiales y sazonándolos con una razonable levadura de modernidad: Luis Gianneo, Gilardo Gilardi, Juan José Castro y otros que pertenecen a la generación del ´90 y son asociados en general con el llamado Grupo Renovación, que propugnaba una apertura hacia la música “nueva” –lo que en ese momento quería decir Strawinsky, Ravel, Bartok y Prokofiev, la politonalidad, el neoclasicismo y las rítmicas quebradas y percusivas-.
Un caso radical y aislado dentro de ese grupo de “renovadores” lo constituye Juan Carlos Paz, introductor en nuestro país de nuevas técnicas derivadas de la llamada segunda escuela de Viena, liderada por Arnold Schoenberg. Paz fue un compositor curioso e inquieto, un intelectual polémico amante de las controversias y un ácido crítico de la comodidad y el provincianismo de nuestro ambiente musical. Su producción musical refleja los cambios, discontinuidades y contradicciones estéticas que sacudieron Europa desde la primera a la segunda posguerra, desde la nueva objetividad y el neoclasicismo pasando por la dodecafonía ortodoxa y el serialismo integral hasta –para usar sus propias palabras-, el “retorno a la intuición”. Es posible que sus ensayos críticos sobrevivan a sus partituras, o viceversa, pero es indudable la contribución de Paz al desarrollo de la música de arte en nuestro país.


En la década del centenario de la Revolución de Mayo nacieron tres compositores que ejemplifican tendencias diversas dentro del panorama de la música clásica argentina. Carlos Guastavino cultivó casi exclusivamente la canción de cámara y las pequeñas formas para piano, dentro de un lenguaje sencillo e intimista, de clara raigambre popular. Su armonía es mucho más simple que la de Schumann –que había nacido 102 años antes-; sin embargo, sus canciones gozan de una innegable difusión y algunas (Se equivocó la paloma o Pueblito mi pueblo) son auténticos “best-sellers” en todo el mundo.
La obra de Alberto Ginastera también ha sido reconocida ampliamente, y por su maestría técnica, diversidad de géneros y profundidad de conceptos y realización se sostiene con dignidad en el panorama de la música internacional. Su producción abarca todos los géneros, partiendo en un principio de motivos nacionales y latinoamericanos para luego desembocar en un estilo más universal y siempre atento a los desarrollos de las técnicas de vanguardia. Sin embargo no incursionó en la electrónica ni en las grafías aleatorias que caracterizaron, en la década del ´60, las actividades del Instituto Di Tella, cuyo departamento de música presidió; por el contrario, se mantuvo hasta sus últimos trabajos fiel a las formas clásicas, como la sonata y el concierto, que cultivó con frecuencia.
La tercera “G” en esta terna está representada por Roberto García Morillo, el mayor de los tres y también el más longevo; su figura es algo peculiar, ya que prácticamente es el único compositor de su generación que no utilizó motivos, temática o materiales nativistas. Por el contrario, su inspiración abreva en las grandes obras de la literatura y la pintura universales; el lenguaje es sobrio y marcadamente personal, al punto que el oyente que ha escuchado alguna de sus obras reconoce de inmediato el estilo, distinguiéndolo entre muchos de sus coetáneos. García Morillo se desempeñó durante décadas como docente y crítico musical, ocupando varios cargos públicos, lo que no le restó energías para producir un catálogo importante de obras sinfónicas y de cámara, varias óperas, cantatas y ballets, muchas de las cuales aún no gozan de la difusión que sin duda merecen.

Entre tantos que emigraron durante las convulsiones que sacudieron Europa en las primeras décadas del siglo se cuentan varios compositores que adoptaron la ciudadanía argentina: Jacobo Ficher, Silvano Picchi, Guillermo Graetzer, Salvador Ranieri, Francisco Kröpfl.
Este último sucedió a su mentor Juan Carlos Paz en la dirección de la Agrupación Nueva Música, que durante décadas se ocupó de la difusión de las expresiones de vanguardia.
Alicia Terzián y Gerardo Gandini –ambos alumnos de Ginastera- han polarizado la escena musical desde los años ´70, la primera como directora de la Fundación Encuentros Internacionales de Música Contemporánea, el segundo como gestor de numerosos festivales y eventos. Un tercer discípulo, el marplatense Astor Piazzola, constituye otro fenómeno de popularidad: su personal versión del tango –que al principio fue rechazada unánimemente por académicos y tangueros- terminó por convertirse en carta de presentación ante el mundo, junto al mate, Maradona y el dulce de leche...

Un puñado de músicos argentinos se ha hecho un lugar en el mundo, el más conspicuo de los cuales es Mauricio Kagel, que estudió con Paz y desde hace más de cuarenta años reside en Alemania. Mario Davidowsky, Alcides Lanza, Roqué Alsina y algunos otros trabajan en universidades de Europa y Norteamérica; Lalo Schiffrin se ha hecho conocer por su música para cine y televisión.
Entre los compositores nacidos después de 1950 se agudizó este proceso de diáspora, abonado por los desarreglos políticos, sociales y económicos que signaron las últimas décadas. Parece ser que en algunos casos este exilio incide en el lenguaje musical, que a veces recae en un latinoamericanismo un poco exhibicionista que –curiosamente en épocas de globalización- termina adquiriendo un alto valor en el mercado de novedades. Otros compositores siguen, en alguna medida, las técnicas de composición basadas en el serialismo, la teoría de conjuntos, los fractales, la sección áurea, los espectros sonoros y otros recursos en boga en Francia e Italia, o experimentan con medios mixtos y programas de computación. Hay lugar también para el neo-romanticismo, la neo-tonalidad, los neo-arcaísmos y todas las fusiones posibles e imaginables entre los géneros y especies más diversas.

El panorama local es similar, donde conviven las tendencias más dispares en mutua autoexclusión e indiferencia recíproca. Parecería que ha pasado el tiempo de las polémicas ideológicas, de las escuelas y sus figuras consulares o revolucionarias. Los compositores se agrupan más por razones gremiales que estéticas; el público, que nunca ha sido numeroso para la música nueva, es prácticamente inexistente. La difusión de partituras y archivos sonoros a través de Internet está modificando aceleradamente las pautas de producción, edición y consumo de la música. En todo este torbellino informático no siempre es fácil distinguir al profesional de un nuevo tipo de aficionado, que dispone de las herramientas musicales más formidables de la historia y las utiliza con escalofriante torpeza.

De manera que el presente y el futuro inmediato de la música en nuestro medio distan de ser claros o previsibles. Pero esta situación,
¿no ha sido similar en otros tiempos y lugares? Acaso la percepción del gran arte no es siempre retrospectiva, y el momento presente no es siempre un confuso rompecabezas donde se yuxtaponen, como en el tango, el calefón y la Biblia, Carnera y San Martín?...

Javier Gimenez Noble
Sept.21, 2003

domingo, diciembre 09, 2007

Karlheinz Stockhausen (1928-2007)

"Karlheinz Stockhausen, Influential Composer, Dies at 79" decía The New York Times en su encabezado


"Stockhausen ha muerto
El alemán Karlheinz Stockhausen, uno de los compositores más influyentes del siglo XX, murió a los 79 años de edad, según informó la fundación que lleva su nombre. "
Decía un viernes 7 de Diciembre de 2007la
BBC Mundo



"Murió el compositor Karlheinz Stockhausen
Un pilar de la música electroacústica
KURTEN, Alemania (DPA).- El compositor alemán Karlheinz Stockhausen falleció el último miércoles a la edad de 79 años, tras una enfermedad corta y grave, según informó ayer su ex esposa Mary Bauermeister, en la localidad de Kürten, cerca de Colonia. "
Contaba el diario La Nación

"Visionario", lo llamó El País, "Revolucionario" lo llamó La jornada de México, y así podría seguir con todos los diarios del mundo que se hicieron eco del fallecimiento del compositor, director de orquesta, también en muchos foros y blogs como el de Raúl Minsburg, entre otros, también cadenas de email eran portadores de la triste noticia de un artista que marcó rumbos, pionero de la música electrónica que escribe desde 1953, influyendo en el desarrollo de la música en toda la segunda mitad del siglo XX y a músicos de distintos estilos como John Lennon entre otros, siempre polémico en sus declaraciones.


El mejor homenaje para un músico es escuchar su música!

http://www.stockhausenmusic.com/

Stockhausen Interview:

Karlheinz Stockhausen Memorial

lunes, noviembre 19, 2007

Visiones Sonoras 2007

Visiones Sonoras es un festival que busca crea vínculos entre artistas y estudiantes, crear nuevos públicos y fomentar la creación de nueva obra. A través de su encuentro de compositores, las comisiones y el concurso el Festival intenta contribuir a la creación artística que incorpora tecnología y sonido.
Desde su primera edición en el año 2005 donde se convocó artistas de nivel internacional, tuvo su continuación en el 2006 en el cual amplió su convocatoria y ahora en Noviembre, desde el 21 al 28 del presente año renovó la presencia de compositores e intérpretes locales e internacionales.


También se ha realizado un concurso internacional de composición donde el ganador fue:
Joao Pedro Oliveira (PORTUGAL) con la obra:"Aphar" y la mejor obra de un compositor Mexicano fue:Alejandro Casales Navarrete con "Nocturno"
Felicidades! Ambas obras serán parte de los conciertos del festival 2007.
Aquí mas información del
Festival visiones Sonoras y podes consultar el calendario completo.
Se realiza desde el 21 al 28 de Noviembre de 2007 en México, DF y en Morelia, México

sábado, noviembre 10, 2007

el paso del viento

El paso del viento (2007) la estrenamos con Raúl el 30 del mes pasado en el marco del festival Sonoimagenes que organiza la UNla, Universidad de Lanus y aquí va un testimonio....

El paso del viento - Raúl Minsburg

Saúl Martín , flauta

martes, octubre 23, 2007

Alianza[s] breves

La confluencia de las diversas disciplinas, una excusa mas para no perderse estos artistas de la Ciudad de Bahía Blanca

Alianza[s] breves

Artistas bahienses contemporáneos

Un grupo de artistas locales se unen para presentar un evento de tipo multimedia, donde convergen distintas manifestaciones estéticas, como la danza, el video, el arte digital, la literatura, una instalación lumínica y la música electroacústica.

Participan:

Victoria Ansiaume y Natalia Martirena, danza.

Néstor Iencenella, video.

Marcelo Díaz, poema.

Hernán Guzmán, instalación lumínica.

Ricardo de Armas, música electroacústica.

La función se va a realizar el 25/10 a las 20.30 hs en la Alianza Francesa, Fitz Roy 49.

Entrada general: 5$

Auspician este evento, la Alianza Francesa de Bahía Blanca y la Agenda Cultural.

jueves, septiembre 13, 2007

Música venezolana & flauta traversa

Me enviaron recientemente un link sobre una publicacion electronica de origen venezolana denominada Musica en Clave.
Hay trabajos de investigacion , entre los que podemos hallar uno en particular sobre la flauta traversa en Venezuela. Su autor; Andrés Eloy Rodríguez.
El objeto del trabajo plantea determinar los elementos de la música venezolana que se pueden utilizar para coadyuvar en el proceso de enseñanza de la flauta traversa.
La direccion es http://www.musicaenclave.com/ y el articulo, dividido en dos archivos .pdf , lo encontraran aqui.
Que lo disfruten.
Fabian

martes, septiembre 04, 2007

El paso del viento

El paso del viento (2007) es una obra de mi amigo Raúl Minsburg, escrita para flauta y sonidos electrónicos, tiene una duración de tan solo 8 minutos, pero de una forma muy equilibrada que le da a quien la ejecute todas las facilidades desde el punto de vista musical.
La estrenamos con Raúl el 30 del mes pasado en el marco del festival Sonoimagenes que organiza la UNla, Universidad de Lanus.
Todavía no tengo la grabación de la obra en vivo y no he podido ubicarme como espectador, pero quise poner en palabras lo que sentí al momento del estudio, ensayo general y concierto.
Raul quien tenia muy claro el desarrollo formal y musical, me facilitó el estudio de la obra desde todo punto de vista, obra que por cierto era de un estilo muy camarístico, donde los sonidos electrónicos y la flauta, eran dos instrumentos que debían fundirse en un solo discurso sonoro.
Gracias Raúl!!!


Raúl Minsburg,
en el ensayo general en el
Auditorio de Escuela de Arte Multimedial Da Vinci
(30/9/2007)

jueves, agosto 09, 2007

SUHAYTA de Eva Lopszyc

Una obra escrita para flauta y piano, escrita por la Prof. Eva Lopszyc dedicada al dúo de flauta y piano de Saúl Martín y Diana Lopszyc. Eva Lopszyc encuentra en su inspiración SUHAYTA usando como medio de expresión a los sonidos de la flauta y el piano usando para la partitura una escritura proporcional, donde incluye multifónicos para la flauta y la voz cantada a cargo de la pianista. La parte de voz que canta, es un fragmento de un original de un Himno Hurrita 1400 aC ,encontrado en escritura cuneiforme, en una tablilla, en UGARIT (RAS SCHAMRA) Syria.

Esto cuenta la compositora acerca de la obra:
SUHAYTA una presencia femenina, el mar de las costas de Syria...caminando en la orilla, con la vista en el horizonte marino...quién va...quién viene?.. la voz femenina que menciona su nombre en secretísimo...es Athirat la diosa de los Mares, es Astarté, Ishtar?. Es ella misma que se nombra para sentir que alguien la nombra?...es la inmensidad de un océano en una gota de oceáno.

Una niña de los mares una canción antigua fluye de sus labios y resuena en el paisaje Se convierte en mujer, esperando un mensaje en forma de destino desde el mar...Un día el mensaje llega envuelto en olas intrépidas que estallan en la siempre misma orilla, su se espuma se disuelve lentamente...surge la segunda voz de timbre masculino que junto a ella y con ella dicen a igual ritmo su nombre: SUHAYTA.”

Esta obra se va a estrenar en Círculo Italiano, Libertad 1264, Cap. Fed. el Miércoles 15 de agosto –a las 19: 30 hs, donde además de SUHAYTA se van a interpretar obras de Sergio Parotti, Gabriel Adamo, Silvina Shifman , Eduardo Wilde y Juan José Guiliani en el marco de la TEMPORADA 2007 de la Asociación Argentina de Compositores

sábado, julio 21, 2007

credo in unam...

Cada tanto algún amigo, un conocido o un alumno me preguntan acerca de mi trabajo, con esa mezcla de candor y sospecha que utilizan los aficionados cuando se refieren a la composición:
¿Qué tipo de música hacés? ¿Cuál es tu estilo? ¿Cuál es el fundamento de tu propuesta musical?
Intentar una respuesta a esas cuestiones equivale, me parece, a establecer de manera más o menos aproximativa lo que podría llamarse mi credo en música, o cuál pueda ser mi actitud general hacia la estética de nuestro tiempo.

Según veo el panorama de la música en estos umbrales del siglo XXI, podemos hablar de una polarización entre dos tendencias opuestas, que podríamos caracterizar, tal vez, con un par de rótulos algo pintorescos: ‘facilismo globalizante’ e ‘introspección individualista’.
En la primera tendencia podríamos incluír todos lo estilos y músicas que abrevan en -o abusan de- los clichés provistos por el nacionalismo, las músicas populares o de proyección folklórica y las diversas “fusiones” que tan en boga han estado en las últimas décadas. Esta música es preferida por la mayor parte de los intérpretes, fácil de tocar y escuchar y de impacto inmediato y certero en el auditorio medio, por lo tanto constituye la mayor parte del repertorio contemporáneo. En nuestro medio, está representada por las obras de compositores como Piazzola y Guastavino, a los que podemos agregar una serie de autores coetáneos, varios de los cuales tienen mucho éxito en el exterior.
La tendencia opuesta es la que deriva de las vanguardias internacionales, desde Varèse y el serialismo integral hasta la ’nueva complejidad’ y la teoría de los pitch class sets; estas músicas suelen ser seductoras en el papel y fascinantes al análisis, aunque el resultado a veces es más bien seco o francamente aburrido. Juan Carlos Paz llevó a cabo en nuestro país la ingrata tarea de representar esa extrema vanguardia, y hoy día algunos de sus seguidores la continúan.
Delineados estos extremos, mi propuesta es tan simple y bella como espejismo al mediodía: encontrar la bendita via di mezzo, una música personal e interesante, compleja pero idiomática, de escritura elegante e intrincada y de sonoridades sugestivas pero no tautológicas, que desafíe al intérprete y al oyente y los despierte de su modorra ancestral, pero sin frustrarlos, dándoles, por así decir, algún hueso sabroso para roer: el oído tiene algo de perro guardián, que distingue con fineza cosas que su dueño ignora.

Durante el proceso de gestación de la obra estoy muchas veces como en una especie de somnolencia, a veces me acuesto y me despierto con imágenes visuales de la partitura o sonidos que dan vueltas y vueltas, en general es un proceso confuso y a veces bastante penoso.
La disciplina de escribir es un tipo de catarsis y limpieza para todos esos materiales que andan dando vueltas, como pidiendo permiso para salir a la luz.
Hay una serie de gestos, de ritmos y de sonoridades que me resultan familiares y aparecen una y otra vez en el proceso de composición. Son los sobrevivientes de décadas de estudio y posterior expurgación de los archivos sonoros de mi sistema nervioso; algunos me acompañan tal vez desde la infancia, otros se han ido incorporando en distintas estaciones del viaje, todos son tan conocidos que casi no reparo en ellos, son como mi cara en el espejo o la palma de mi mano, y seguramente como ellos van cambiando lenta y sutilmente, de modo que casi no se nota: envejecemos juntos!
Muchas veces la elaboración de esos materiales depende del tiempo disponible, a veces sólo se llega a garrapatear en el papel una imagen antes que se diluya.
Creo que una misma idea se va elaborando a través de varias obras, en alguna aparece apenas como un esbozo, en otras se va desarrollando y a veces se completa después de años de su primera manifestación. Estas ideas, como dije antes, pueden ser de origen diverso: puramente musicales o técnicas, derivadas de otro medio por asociaciones cinestésicas o interpoladas en el mundo del sonido de maneras tan arbitrarias como bizarras.
Otra pregunta que surge a menudo en relación con el proceso de la composición es aquello que tiene que ver con lo afectivo, con la emoción; por alguna razón me parece una pregunta no del todo bien planteada, casi redundante se diría: dado que el compositor sigue siendo un ser humano, con todos sus humores líquidos, sólidos y gaseosos en plena ebullición, no hay ningún riesgo de dejar afuera afectividades ni experiencias. Sonoras, táctiles, de textura, de espacio, de movimiento, de color, de temperatura, emocionales… otra vez la cinestesia!

En relación a la motivación específica del acto compositivo, hay circunstancias que pueden dar nacimiento a trabajos de índole un poco diferente: una pieza puede nacer en formas muy diversas.
A veces se trata de un encargo, y los parámetros están muy acotados; por ejemplo, un dúo para cello y órgano de tubos, que no dure más de 4 minutos (este es un ejemplo verídico, se trata de un pedido del cellista Leo Viola para incluír en un CD que grabó para el sello Melopea con el organista Enrique Rimoldi; la pieza se llama ISOMEROS, y se estrenó hace un par de años en la sala de la antigua Biblioteca Nacional). Estas condiciones en realidad ayudan a la composición, porque hay un marco de partida muy definido.
Otras veces hay un sentimiento, digamos, una sensación de algo que hay que manifestar o encarnar, y a veces busca su medio o instrumento por largo tiempo.
A veces se parte de una idea o de un planteo técnico, a veces de la sugestión de un texto, una imagen o una palabra que funciona como un mantram: me ha pasado a veces escribir una pieza de música en base a un nombre que se me había ocurrido.
En otras ocasiones me visita ese viejo sentimiento de emulación que me retrotrae a mis primeros experimentos compositivos; por ejemplo, escucho en la radio una de las sonatas de Brahms para violín y piano, y pienso: “qué formidable sería poder escribir algo como eso!” y allí voy, a escribir mi pieza para violín y piano… (se llama ROMANTRACK, y se estrenará en un par de meses).
En estos días ha tenido su primera audición en los Estados Unidos una pieza compuesta especialmente para la American Wind Symphony Orchestra, que publicó la editorial Peters bajo el número de catálogo 68113. Su nombre es VERTIENTES, y el orgánico incluye instrumentos de viento -algunos poco frecuentes, como la flauta baja, el clarinete contrabajo y el contrafagot- una nutrida percusión, arpa y la voz de una mezzo que vocaliza; este es un caso de encargo que podría llamarse ideal, ya que se trata de una orquesta que cumple esta temporada los cincuenta años de existencia, durante los cuales ha comisionado a numerosos compositores latinoamericanos y europeos de primera línea, y tiene un nivel de ejecutantes excelente. Desafortunadamente, este tipo de encargos no es tan frecuente…

Creo que el tema de la ejecución es interdependiente con el proceso compositivo; no creo mucho en eso de escribir para guardar las cosas en un cajón, a la espera de una posteridad justiciera que saque a la luz los miles de páginas y cientos de opus que atesoramos como avaros del sonido. Me parece que la labor del intérprete completa, amplifica, justifica, prioriza, profundiza, desarrolla, consagra y da validez, permanencia y trascendencia a la labor del compositor. Tal como concibo la composición no podría prescindir del intérprete, y de ese modo me retrotraigo a la primera pregunta acerca de la propuesta compositiva; desde hace varios años años estoy escribiendo para los intérpretes, para colegas, amigos y alumnos, y para los que vendrán
-espero- aunque no llegue a conocerlos. La música tiene valor en cuanto se toca, ahora, ayer o dentro de mil años, y en ese sentido las grabaciones o la música electrónica y todas sus sofisticaciones o sofistiquerías me resultan un pálido sucedáneo a la contundente presencia del maravilloso sonido en vivo: prefiero un cello aunque desafine, el siempre dudoso sonido del corno, la velada intimidad de la viola, la aproximada nota de la mezzo, el omnipotente clarinete, la cruda dulzura de la trompeta, el piano a pesar de algunos pianistas y de los destartalados pianos de nuestro castigado país… En suma, mi elección –aunque contradiga por completo al evangelio- es el viejo y añejo sonido de los queridos instrumentos tradicionales, eso sí, en lo posible en relucientes odres de platino o de tungsteno. JGN, 2006


Nota escrita por el compositor Javier Gimenez Noble, publicada en Paginas Musicales Nro. 46 en Julio-Agosto 2006. Revista Didáctica de distribución gratuita que dirige Claudio E. Mamud.

viernes, junio 15, 2007

"ensayo" de Eduardo Wilde

“Ensayo” para flauta y piano de Eduardo Wilde, quien la compuso en 1978 recibió una mención de TRINAC (Tribuna Nacional de Compositores) en el año 1981. Wilde se basó en el lenguaje del “serialismo integral”.

Una vez compuesta la obra fue grabada por el flautista Jorge Slivskyn y la pianista Gloria Ochoa, a partir de la misma se ha ejecutado varias veces en público y en mas de una oportunidad se presentó al publico de Buenos Aires por el dúo de Saúl Martín en flauta y María Elena Barral en piano y van presentar nuevamente el próximo 6 de Julio de 2007 Salón Auditorio del Colegio Publico de Abogados.

En el año 2005, en el Conservatorio “Julián Aguirre”, en donde Eduardo Wilde dicta clases de armonía, contrapunto y morfología, se realizó una experiencia con esta misma obra, Daniel Schachter, compositor y docente de la misma casa de estudios, con fragmentos de la grabación de la obra y elaborándolos, compuso una obra mixta para interpretes en vivo y sonidos electrónicos, en la cual iban tocando en forma fragmentada y dialogando bajo la dirección del compositor. El lenguaje no simétrico de la ogra original y la recurrencia a momentos de escritura analógica, facilitó la realización con resultados artísticos muy buenos.


sábado, junio 02, 2007

"nuevos modelos"

En su volumen 12.1, La Revista Organised Sound de la Cambridge University Press acaba de publicar un artículo sobre tema de los "nuevos modelos" en el discurso interactivo entre instrumentos y electroacústica del compositor argentino Daniel Schachter, tema que ha estado trabajando intensamente en los últimos años.

La Universidad de Cambridge coloca sus publicaciones en un sitio web donde da acceso a todas ellas, y da por un tiempo limitado acceso gratuito a la totalidad de los contenidos de los artículos publicados en el volumen mas reciente.

Quiero recomendar a quienes están interesados en el tema. Esta en inglés, pero prometo que si consigo una traducción al español, la voy a subir al blog para que sea accesible a todos.

Para ir Organised Sound aquí

Para ir específicamente al volumen 12.1 o sea el último donde está el artículo, y poder descargar todos los artículos de este número aquí


Daniel Schachter

en la presentación de ...riccordo... el CD

en el marco del "IV Festival de Música Contemporánea de Valparíso, Riccardo Bianchini" realizado en Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Valparíso, Chile.

recordando al compositor Ricardo Bianchini


lunes, mayo 21, 2007

jean pierre rampal

En este desfile de flautistas, Jean Pierre Rampal ocupa un lugar muy importante, habiendo difundido la musica para flauta por todo el mundo con sus conciertos, conferencias y clases magistrales, de una técnica formidable con una finura y estética aún mayor. En nuestro país hemos tenido la suerte de haber escuchado sus conciertos y conversado con el, en esos encuentros que solía hacer con flautistas y musicos en general.
También este pequeño homenaje, ya que ayer 20 de Mayo hizo 7 años de su fallecimiento a los 78 años.

Nos ha dejado una lista enorme de grabaciones y videos del que aún podemos disfrutar, este es solo una pequeña muestra



Mas información en wikipedia y también pueden darse una vuelta por los recuerdos y vivencias con el Maestro Pablo Levin, músico y docente publicados en flutistico.com.



sábado, mayo 19, 2007

ian anderson

Les invito a disfrutar de este video de Julio de 1976...



Mas información acerca de este musico notable:

domingo, abril 15, 2007

La Filarmónica y Música del Siglo XX

El martes 17 de abril a las 20.30 se realizará el concierto N° 5 del abono de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires en el Teatro Gran Rex, Av.Corrientes 857 de la Ciudad de Buenos Aires.

La dirección estará a cargo de Alejo Pérez.

El concierto incluye dos obras del Siglo XX, comenzará con el concierto Nº 2 para piano y orquesta, “Echoing curves” de Luciano Berio (1925-2003), esta obra fue escrita para Daniel Baremboim en 1989 y es primera audición en la Argentina y como solista, el pianista griego Dimitri Vassilakis, integrante del Ensamble Intercontemporain dirigido por Pierre Boulez.

El programa incluye una pieza sinfónica del argentino Pompeyo Camps (1924-1997), Viñetas porteñas en esta obra homenajea al escritor argentino Roberto Arlt,
creador de Los siete locos, las Aguafuertes porteñas y Viñetas. La suite, estrenada en 1962, consta de tres números que evocan al “Amanecer fabriquero”, “El Riachuelo” y la “Calle Corrientes”.
Completa el concierto la Sinfonía Nº 6 en Si menor, Op. 74, “Patética” de Piotr Ilitch Tchaikovsky.

Como podrán ver un programa por demás interesante, ejecutado por la estupenda Orquesta Filarmónica de Buenos Aires , con un solista como Dimitri Vassilakis y la conducción del joven y talentoso director argentino Alejo Pérez.

domingo, marzo 25, 2007

Sonidos...palabras…nuevas...

Sonidos...palabras…nuevas...sonidos…memoria…recuerdos…

y esos sonidos viejos que no quiero escuchar mas…nunca mas…

NUNCA MAS.

Cuando leí la nota me sentí muy conmovido y quiero proponerles a ustedes a que visiten el blog de Raul Minsburg y la lean. Iba hacer un comentario para solidarizarme con las palabras escritas, pero me pareció que una manera de adhesión es que estuviera también presente acá en este blog, porque esas palabras tienen música, esas palabras están transmitiendo vida y como dice Raúl en uno de sus párrafos:

Porque la única forma de derrotar la muerte es creando. Creando desde nuestro lugar de artistas, desde nuestro lugar de padres, desde nuestro lugar de ciudadanos.
Desde donde sea.

Por lo tanto acá está mi recomendación y el link para que ustedes lo puedan visitar:

24 de Marzo de 1976

miércoles, marzo 21, 2007

ALGO MÁS SOBRE MÚSICA ELECTROACÚSTICA




A partir de la incorporación de la voz humana, las composiciones realizadas con medios electroacústicos se vieron inmensamente enriquecidas desde el punto de vista tímbrico y, sobre todo, desde lo emocional. Una voz humana siempre comunica, siempre expresa algo; emite palabras, transmite ideas y manifiesta sentimientos.
Las primeras obras en que encontramos la voz ya sorprenden por su carga emocional. De allí el éxito de Gesang der Jünglinge (Canto de los adolescentes) de Stockhausen. Compuesta durante los años 1955 y 1956, utiliza sonidos electrónicos a los que le agrega los provenientes de un niño que recita fragmentos del Canto de los tres jóvenes, del Libro de Daniel. En esta parte deuterocanónica los muchachos bendicen y glorifican a Dios mientras están dentro del horno encendido al que fueron arrojados por orden de Nabucodonosor. La utilización de la voz del niño que pronuncia palabras sueltas, frases, que varias veces es multiplicada (lo cual nos evoca de inmediato a los tres jóvenes), combinada con los sonidos producidos electrónicamente, nos trasladan, a pesar del lenguaje moderno, a un episodio que habría ocurrido seis siglos antes de Cristo.
Igualmente emocionante (o quizá más, pues toca un tema más cercano y horroroso) es Different trains del estadounidense Steve Reich. La obra es de 1988. Su título y concepción tienen que ver con la infancia del compositor. Sus padres se habían separado, vivían en distintas ciudades, y el de niño debía viajar en tren junto con su niñera de una ciudad a otra, constantemente. Reich, judío, imaginó que si en esa misma época estuviera en Europa, quizá hubiera subido a trenes diferentes (los que trasladaban a los prisiones a campos de exterminio). Es por eso que las voces grabadas que emplea son las de la niñera, la de un guarda del tren que él tomaba, y la de tres sobrevivientes de campos de concentración que pudieron trasladarse a América. A las voces le agrega sonidos de los trenes de esa época, sirenas, y un cuarteto de cuerdas tradicional que toca sin que sus sonidos sean distorsionados. El saber a quién pertenecen las voces, el escuchar los sonidos “no modernos” del tren y de las sirenas (con la fuerte connotación que tiene aquí su sonido), más el tiempo vivo en el que tocan continuamente los músicos, hacen de su apreciación una experiencia muy intensa. Reich corta las palabras, no las distorsiona, y las repite, creando con ellas motivos rítmicos que muchas veces son imitados por los instrumentos.
En otras obras anteriores, sí las distorsiona por medios electrónicos, a punto tal que dejan de parecer sonidos humanos. Lo hace en obras como It’s gonna rain y Come out, de 1965 y 1966, respectivamente.
Para componer It’s gonna rain partió de la grabación de un predicador que declama a viva voz en la calle. La frase se refiere al momento en que evoca a Noé y el diluvio. En la primera sección Reich comienza citando al pastor gritando la frase completa, para luego tomar sólo las palabras del título, y distorsionarlas tanto, que además de dejar de comprenderse, se transforman en nuevos sonidos, ajenos a los humanos. Entre las dos secciones volvemos a escuchar al predicador claramente. En la segunda, Reich hace un trabajo similar. Ese volver a escuchar la voz, claramente recuerda a la forma musical de tema con variaciones, donde muchas veces los compositores tradicionales vuelven sobre el final a citar el tema del que partieron, y que fue objeto de las variaciones. En Come out el compositor hace un trabajo similar, tomando como base la frase de un joven que no quiere ser arrestado. La obra nace a partir de la grabación de su voz que dice, de manera calmada: “Abrí la herida para que salga la sangre y se vea”. Luego Reich distorsiona las palabras “come out to show them”, pero esta vez no hay “reexposición”. Al escuchar ambas obras puede suceder que nos sintamos fascinados por el trabajo del compositor, o bien lo contrario: que nos parezca insoportable, principalmente por la excesiva repetición (que en realidad no es tal, pues hay cambios que van produciéndose paulatinamente) y, además, por esos nuevos sonidos a los que no estamos acostumbrados.
Las obras de Reich mencionadas nos obligan a dar unos pasos hacia atrás.
La combinación de sonidos grabados con músicos que tocan en vivo instrumentos tradicionales, nos remite a Los pinos del Janículo, de Los pinos de Roma, de Respighi. Pero aquí la grabación es un toque de color de unos segundos. La primera obra en la cual ambos sonidos (los grabados y los provenientes de los músicos que tocan en vivo) alcanzan igual protagonismo es Déserts, de Edgard Varèse. Con un lenguaje muy distinto al de Respighi, la composición de Varèse, que se estrenó en 1954, tiene cuatro secciones puramente instrumentales, y tres, en las que sólo se escuchan las dos cintas grabadas. Las cintas están grabadas con ruidos de fábricas, y también con sonidos provenientes de instrumentos musicales. Los sonidos de las cintas se intercalan a las partes de la orquesta, no se superponen. La variedad tímbrica proviene de las cintas, pero también, de cómo el compositor utiliza los instrumentos de esta orquesta que carece de cuerdas y tiene una nutrida sección de percusión. Tan rica es la parte de orquesta, que Varèse permitió que la obra se toque sin estas secciones grabadas.
Pero unos pocos años después, en 1958, encontramos Musica su due dimensioni, del italiano Bruno Maderna, que combina los sonidos provenientes de un flautista con los de una cinta grabada con sonidos electrónicos. El músico toca en vivo y tiene como compañero, no a un artista, sino a quien pone en funcionamiento la grabación. Una experiencia sin duda muy original para el artista y también para el público. No obstante, lo moderno no está sólo en esta combinación, sino en el lenguaje musical empleado por el compositor; en el que deja de lado la melodía, como tantos compositores del siglo XX.
En cuanto a la variación electrónica de la voz, tenemos como un famoso antecedente el Estudio patético (el Estudio de las cacerolas), de Pierre Schaeffer, de 1948, en el que ya emplea la voz humana. Cuando Schaeffer se une a Pierre Henry, la voz ya es considerada como un elemento sonoro más, y ambos la utilizarán con éxito en varias obras; por ejemplo, en la Sinfonía para un hombre solo, de 1950. Aquí la voz adquiere una valor extramusical por todo lo que nos insinúa.
También otra obra importante: Thema (Omaggio a Joyce), de Luciano Berio. En ella escuchamos a Cathy Berberian leyendo palabras de Sirenas, de Ulises, de James Joyce, pero su voz se distorsiona más y más, aunque a veces emerge clara y dulce. Fue compuesta en 1958, y la intención de Berio fue “obtener una nueva forma de unión entre el lenguaje hablado y la música, desarrollando la posibilidad de una continua metamorfosis de una en otra”. Así, “no es posible distinguir entre la palabra y el sonido, entre el sonido y el rumor, entre la poesía y la música”.
Estos son nada más que algunos ejemplos, muy pocos por cierto, pero sirven como muestrario de cómo algunos compositores han trabajado con la voz, y la han transformado en un instrumento de múltiples timbres y posibilidades.
Tener una voz grabada puede lograr lo que durante mucho tiempo fue imposible: homenajear a una persona fallecida en una obra que incluya su propia voz. A lo largo de toda la Historia de la Música los compositores escribieron obras en homenaje a alguien que falleció. Ahora los autores pueden “hacerlo presente” a través de una grabación.
Uno de los que lo tuvieron en cuenta es el argentino Daniel Schachter, que compuso durante los años 2004 y 2005, ...riccordo..., para evocar a su amigo Riccardo Bianchini, compositor fallecido en 2003. En esta obra electroacústica, Schachter utiliza como material partes de algunas obras de Bianchini y también grabaciones de su voz.
Las técnicas de grabación y reproducción otorgan nuevos recursos y posibilidades a los compositores. En una grabación de Vermount counterpoint, obra de 1982 del anteriormente mencionado Steve Reich, podemos escuchar once flautas sonando simultáneamente, cuando en realidad, todos los sonidos provienen del mismo flautista, que toca “en vivo” una parte sobre otras diez grabadas por él en cintas. Three voices (for Joan La Barbara), de Morton Feldman, fue escrita para la cantante citada en el título. En una interpretación de la obra, veríamos a la artista que canta, con dos parlantes detrás, que también reproducen su voz, que fue grabada previamente en sendas cintas. Este recurso es muy utilizado en la música de rock.
Más compleja resulta la manipulación electrónica en vivo de sonidos que se están produciendo en ese momento. Podemos encontrar un ejemplo en FlaX, otra obra de Schachter. FlaX fue creada en 2002, y contempla tres planos sonoros simultáneos: un flautista que toca en vivo, la emisión de una cinta con sonidos de la flauta previamente procesados, y otros sonidos nuevos, que son los del flautista que está tocando, pero procesados, en el momento, por el compositor.
Muchas, muchísimas son las obras que sería importante citar, estas son sólo una muestra. Una vez que la electrónica llegó al mundo de los compositores, algunos crearon obras tan innovadoras como interesantes, y otros han llegado a resultados que no pasan de la experimentación. Un ejemplo de esto último, es la obra de 1951 del celebérrimo compositor estadounidense John Cage llamada Imaginary Landscape Nº 4 (Paisaje imaginario Nº 4), que es para doce aparatos de radio (?), veinticuatro ejecutantes (???) y un director (¡¡¡¡????????!!!!). La obra consiste en los fragmentos de programas que escuchamos al mover el dial de los aparatos de radio. En la partitura (pues la tiene) hay indicaciones de cuándo cambiar, cuándo modificar el volumen, etc. La obra es como ustedes pueden imaginar, y luego de escuchar una interpretación (de alguna manera hay que llamarla), y a pesar de nuestra amplitud, nos resistimos a considerarla como obra musical. (Se nos ocurre que aquí, como en otros tantos casos, no estaría de más recordar el cuento de Hans Christian Andersen: El traje nuevo del emperador). Pero debemos tener presente que Cage, además de innovar en otros aspectos de la música, es un pionero en la música electroacústica, por haber compuesto en 1939 Imaginary Landscape Nº 1 utilizando sonidos grabados y distorsionados, un piano y platillos. La obra posee una evidente organización sonora, y sí resulta agradable de escuchar, de modo que es justo que John Cage se quede con el último párrafo de esta nota.

jueves, enero 25, 2007

Primer disco de la RedASLA

Ha llegado a mis manos el primer CD de RedASLA, Red de Arte Sonoro Latinoamericano, en él hay obras electroacústicas y mixtas de compositores latinoamericanos miembros de la Red.

Son diez compositores que comparten este CD con una obra cada uno, donde la producción es llevada a cabo por RedASLA, como así también la masterización, fotos, traducciones y diseños fueron realizados por sus miembros, un verdadero trabajo de equipo para la edición de este primer volumen y que prometen ir por más.

El disco se puede adquirir en: CD Baby y pueden encontrar más información en: RedASLA y un un comentario en RedCultura.com.

En breve van a poder escuchar en RadioBlog algunas de las obras incluídas en el CD.


martes, enero 16, 2007

Los instrumentos musicales electrónicos

La mayor parte de los instrumentos que escuchamos devienen de otros muy antiguos. Flautas, trompetas, arpas, tambores, cuerdas (frotadas y pulsadas) existieron en todas las culturas, con nombres y características distintas. Una lectura al Antiguo Testamento puede comprobarlo, pero también, la gran cantidad de imágenes que se conservan. Algunas excepciones son el saxofón y la celesta, que fueron inventados en el siglo XIX, por Adolphe Sax y Auguste Mustel, respectivamente.
Durante el siglo XX muchos compositores se sintieron atraídos por el timbre, y obtuvieron nuevos sonidos pidiendo instrumentos que hacía mucho tiempo no se utilizaban como la viola d’amore y el clave. Por eso, varios se sintieron también muy interesados por los nuevos instrumentos que nacieron de la mano de la electrónica. De tres de ellos se conservan grabaciones que nos permiten apreciarlos. Comencemos por el theremin.
El ruso Léon Thérémin presentó en 1920 su instrumento electrónico, al que llamó eterófono. La novedad radicaba en su timbre, pero más que nada se hizo famoso por ser el único instrumento musical que “se toca sin ser tocado”. En efecto, el músico, pues hay que saber música para interpretar melodías con él, debe mover las manos con mucha precisión sin tener contacto físico con el instrumento. Una la mueve alrededor de una antena, y otra, alrededor de un aro de metal. El theremin hace notas musicales, por eso podemos escuchar transcripciones hechas para él, principalmente de piezas conocidas, para apreciar sus posibilidades musicales. También, varios compositores escribieron especialmente obras para el theremin como solista; uno de ellos es el checoeslovaco Bohuslav Martinu.
El theremin se ha hecho famoso gracias a dos artistas de distintas generaciones: Clara Rockmore, gran difusora del instrumento al poco tiempo de ser inventado, y ya en nuestros tiempos, Lydia Kavina. Ambas han grabado sus interpretaciones en theremin. Describir en palabras el sonido de un instrumento es tan difícil como tratar de describir un color. Lo intentaremos diciendo que por momentos suena como una voz femenina o un violín, pero lo cierto es que tiene su propio timbre. Podemos ver a un “thereminista” en la película de Lucrecia Martel La niña santa, y también en La canción es la misma, la película del grupo Led Zeppelin, donde, sobre el final, se ve a su guitarrista, Jimmy Page, “tocando” el theremin, aunque solamente lo utiliza como un efecto sonoro.
El theremin fue precedido por el telharmonium, inventado aproximadamente en 1904, por el estadounidense Thaddeus Cahill. Del nada portátil instrumento (pesaba, ni más ni menos, que doscientas toneladas), lamentablemente, no hay grabaciones. Pero quedó su nombre por ser el del primer instrumento electrónico.
Un nombre parecido tiene el instrumento creado por el alemán Friedrich Trautwein: el trautonium (o trautonio), y que presentó en 1930. Aquí tenemos más variedad de timbres; podemos escuchar, además de sonidos propiamente electrónicos, timbres que evocan al clarinete, la trompeta, el órgano, el violonchelo, etc. Atrajo rápidamente la atención de Paul Hindemith, que aprendió a tocarlo y escribió obras para él, entre ellas, el Concierto para trautonium con acompañamiento de orquesta de cuerdas. Oskar Sala, también compositor, se convirtió en su principal difusor. Lo mejoró, y el resultado es el mixtur-trautonium. Gracias a Sala podemos escuchar al trautonium y el mixtur-trautonium en grabaciones de dos obras de Hindemith (una, el concierto) y otra propia, en el que combina el instrumento de su invención con cintas grabadas. También podemos escucharlo tocado por Sala en la película de Alfred Hitchcock Los pájaros. Los sonidos emitidos por las aves son en realidad sonidos provenientes del trautonium.
Más aceptación tuvieron las ondas Martenot, presentadas en 1928. Su inventor fue el francés Maurice Martenot, que las llamó ondas musicales. Pronto tuvo gran reconocimiento por la novedad de su timbre y sus posibilidades musicales. Muchos compositores, especialmente franceses, las utilizaron en obras realmente valiosas, y por eso, es el instrumento electrónico que seguramente tendremos más oportunidades de escuchar en grabaciones y en vivo. La lista de autores y obras que lo incluyen es extensa. Pero una nos llama la atención. Se llama Sicilienne de rêve, y es una de las piezas de L’album de Lilian, de Charles Koechlin. Su fascinación radica en que la obra es para ondas Martenot y clave: un instrumento del siglo XX y uno del barroco juntos, sonando simultáneamente. Koechlin crea una nueva combinación sonora, muy atrayente, uniendo instrumentos que quizá nos parezcan muy lejanos uno del otro.
El theremin, el trautonium y las ondas Martenot son instrumentos melódicos, es decir, que no pueden hacer acordes.
Actualmente existen sintetizadores y programas de computación que pueden reproducir sonidos de instrumentos, aunque siempre sus sonidos resultarán artificiales.
Pero, además, otros instrumentos electrónicos se han unido de manera muy exitosa a los instrumentos tradicionales. Basta escuchar el Concierto Suite para guitarra eléctrica y orquesta del virtuoso sueco Yngwie Malmsteen, para admirarse de la perfecta simbiosis de un instrumento que proviene del rock con un coro y una orquesta sinfónica. El guitarrista estrenó el concierto en 1998. Antes, Krzystof Penderecki ya había incluido a la guitarra eléctrica en varias de sus obras; por ejemplo, en Partita, estrenada en 1972.
Un poco más allá, había ido el grupo Deep Purple, al unirse (con cantante y todo) con una orquesta sinfónica. Su Concierto para grupo y orquesta, es de 1969. Al igual que la obra de Malmsteen, tienen fuertes reminiscencias clásicas y románticas. El concierto de Deep Purple, escrito por su tecladista John Lord junto al compositor inglés Malcolm Arnold, comienza con las exposición de los temas por la orquesta, y el grupo (los solistas), al entrar, reexpone el primero, como en los conciertos tradicionales. Como éstos, tiene tres movimientos, de los cuales el segundo es el lento. Estas obras resultarán más familiares a un amante de la música clásica que a un rockero. Ambos son una perfecta demostración de cómo dos mundos, aparentemente tan distintos, pueden lograr una armonía que beneficia a los compositores, a los amantes de la música y al arte.
Hay muchos sitios en Internet para quienes les interesa todo aquello que esté relacionado con la música y la tecnología y quieran profundizar en algún tema o simplemente conocer algo más. Por supuesto no todos tienen "garantía de confianza". O de calidad. Pero hay uno que me parece especialmente útil y recomendable que es http://www.ears.dmu.ac.uk/
Casí me animaría a decir que ahí está alojado el único glosario en español, que no sólo da una breve referencia del significado de cada término, sino que también incluye una buena bibliografía al respecto. Y también está en Inglés y Francés. Vale la pena echarle una mirada. Tanto si son novatos en el tema como si son especialistas.